lunes, 29 de octubre de 2007

Euskadi, ese gran desconocido

Este fin de semana, y tras seis horas mentida en un autobus (en el que pasaría un total de veintitantas horas), llegamos al País Vasco.

He de decir que me sorprendión bastante. No había gente con chapelas partiendo troncos con hachas cuando estuvimos en Bilbao, ni toros persiguiendo a señores vestidos de blanco y rojo con un periódico enrolladito cuando estuvimos en Pamplona.


Contra todo pronóstico, y tal como dicen los anuncios de la tele, resulta que Euskadi es precioso. Los edificios que visitamos eran realmente impresionantes. Me gusto especialmente la Basílica de Nuestra Señora de Arantzazu, en la que yo por lo menos me sentí sobrecogida al entrar y además muy cómoda (solo hay que ver la foto).



Pero el gran descubrimiento del viaje, y de los vascos en general fue el hecho de que, en realidad, son unas personas finas y delicadas que no son capaces ni de abrir una puerta. No lo digo yo, lo dicen ellos: Tira tú.






Andrea











PD: Por fin me voy a Ponfe, tengo un lío con la maleta y con los deberes... Pero que ganas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola!

Yo que te dejo ayer un comentario para que actualices que ya iba siendo hora y resulta que hoy veo dos entradas nuevas que antes no me aparecian, si es que este internet...

Os veo pronto

Un beso de la ex integrante de esa vuestra comunidad universitaria, ya os contaré.