Siempre me pasa. ¿Conocéis la frase "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy"?, ¿sí?, yo también. Pero yo prefiero una un pelín distinta: "No hagas hoy lo que puedas hacer mañana". Y claro, así me va...
Así que aquí estoy, después de haber ordenado mi habitación, limpiado, fregado, ido a la compra, visto una peli, ido al gimnasio... Aquí estoy en mi último intento (desesperado) por retrasar el ponerme a trabajar. Y claro, ya que estoy, pues aprovecho y me enrollo un rato porque resulta que en estos días me han pasado algunas cosillas.
El viernes pude descubrir que me están lavando el cerebro, cuando lo primero que pensé cuando vi un solar en Fuencarral fue: "¿cómo puedo actuar sobre este solar?". Aunque la confirmación de mi estado mental (y también el de mis compañeras de clase) llegó de camino a la fiesta de años 20 del cole mayor, en el metro, en una pasarela. Un no-lugar para nosotras y sobre el que (pensamos) se podía hacer un proyecto de intervención la mar de bonito.
Sin querer ya he introducido el gran evento del fin de semana: la fiesta de años 20 del cole mayor. Y es que el viernes me vestí de ganster (según decía Belén) y me sumergí en un mundo lleno de boas, plumas, tirantes y sombreros. ¡En esos años si que sabían vivir!
Pero lo mejor del fin de semana ha sido que la familia ha aumentado. No, no tengo ningún hijo secreto que ha aparecido después de veinte años en la sombra. Ni ningún hámster a entrado en mi habitación. Mucho mejor. ¡A mi querida réflex la cigüeña le ha traído una hermanita! Sí, Sí. Ya tengo cámara de video. Así que mucho ojito a mi alrededor que todo quedará grabado, hasta el último minuto.
Quién sabe, a lo mejor aquí empieza una vocación que no sabía que tenía. El tiempo dirá.
Pero mientras tanto yo no estaré quieta porque después de todo (y como dice nuestro profe de creatividad), hay que re-accionar.
Andrea
PD: El gorro apareció por casualidad. Él estaba perdido y yo buscaba desesperadamente uno. Fue lo que se dice un encuentro cuco. Por cierto, ¡el futuro con él promete!