Hoy un autobús blanco ha aparecido en la universidad. Llevaba una gotita roja dibujada y como no, estaba ahí para quitarnos un poquito de sangre.
Como llevaba mucho tiempo queriendo donar, el autobús parecía una señal divina. Tenía que ir. Y menos mal que fui, porque es una experiencia para repetir.
No solo el pinchazo no duele nada, sino que el asiento es comodísimo (estoy pensando en robarlo y cambiarlo por mi colchón). Y además me han regalado un polar, y un montón de comida y bebida (2 aguas, 2 coca-colas, 2 napolitanas, 2 barritas kellogs, 1 bolsa de guarradas y un bocadillo de tortilla, Ja!).
En fin, una cosa menos de mi lista, aunque aun puedo donar otras dos veces este año (más comida gratis).
Lo recomiendo a todo el mundo.
Andrea
PD: Por fin voy a saber mi grupo sanguíneo!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario